EL FUEGO DEL HOGAR
Cuenta el Diccionario de la Real Academia de la Lengua que la palabra Hogar proviene del latín focaris, derivado de focus, fuego. Nuestros antepasados en la Edad Media, se reunían alrededor del hogar, donde comían, charlaban, reían y dormían. Ese es, en esencia, el sentido de estas cinco musicales palabras que suenan a cuatro y cuyo significado desprende el calor de los seres que la viven en toda su intensidad.
Porque un Hogar son básicamente sentimientos, emociones, ilusión, deseos, esperanza, sonrisas, sueños…
Utilizando estos pilares podemos construir un Hogar en el que sus muros transpirarán felicidad.
No importa si nuestro Hogar es grande o pequeño. Si tiene jardín o cuenta con vistas al mar. Da igual si tiene piscina o en su defecto colocamos una Toy redonda o si tenemos barbacoa de obra o buscamos una parrilla de camping. Lo que importa son los momentos que vivimos en el Hogar, lo esencial son las experiencias, recuerdos y vivencias que acumulamos en él y que se adhieren a sus muros de tal forma que aunque ya no estemos, ellos hablarán de nosotros.
Y es que aunque parezca mentira, las casas nos dicen cosas sobre las personas que viven o han vivido en ellas. Nos transmiten su energía. Nos cuentan historias. Nos narran pasiones encendidas, besos nocturnos, desayunos en pijama, reencuentros de familia, juegos de niños con escondites secretos, tardes amenas tumbados en el sofá, cenas de amigas con el tintineo de unas copas de vino. Todo eso y más conforma un Hogar.
No son las cuatro paredes. No es el mobiliario ni tampoco la decoración. Todos estos elementos complementan y aderezan pero por sí solos no logran que una casa sea un verdadero Hogar.
El Hogar lo hacemos nosotros, con nuestros sentimientos, con nuestra alma, con nuestro espíritu. Con ese calor que irradiamos cuando somos felices y tenemos sueños, cuando vivimos la vida intensamente, cuando soñamos despiertos, cuando reímos con nuestros seres queridos y también cuando nos emocionamos.
Es el fuego del Hogar lo que da vida a una casa, el fuego que da color y calor a sus muros. Es, en definitiva, el fuego del amor.
Ab imo pectore – Con todo mi corazón (Cayo Julio César)
ANA GAMERO.